Es la pregunta del millón en estos tiempos en los que numerosas tecnologías conviven en el mercado con relativo éxito. Todo dependerá de varios factores, pero sobre todo del tipo de trayecto y la frecuencia con la que los vayas a realizar.
Hasta hace pocos años, la pregunta principal a la hora de comprarnos un coche era: ¿diésel o gasolina? Y casi siempre la respuesta invitaba a adquirir un vehículo propulsado por gasóleo, pues los motores de este tipo han alcanzado un nivel de sofisticación y eficiencia notable.
Como norma general, en el concesionario solían preguntarnos cuántos kilómetros pensábamos hacer al año y nos recomendaban un diésel si dicha cifra superaba los 15.000 km. Ahora las cosas son distintas, pues el mercado ha visto el asentamiento de los vehículos híbridos y el auge de los eléctricos. Incluso el de los vehículos a gas (GLP o GNC), que tuvieron su momento décadas atrás y han vuelto con fuerza.
Por tanto, ¿qué tipo de coche compro? ¿Gasolina, diésel, híbrido, eléctrico o de gas? Desafortunadamente, la variedad complica la respuesta y nos obliga a hacer una profunda reflexión sobre ello. Intentaremos facilitarte la decisión todo lo posible en las siguientes líneas.
Coches con motor de gasolina
Los coches con motor térmico de gasolina han resistido el paso de los años y el auge de tecnologías alternativas, experimentando una subida de ventas en los últimos años a raíz del ataque de muchas administraciones públicas al rey de la carretera: el coche diésel.
Lo cierto es que los motores de gasolina cuentan con algunas ventajas que los hacen muy propicios para un tipo determinado de uso y trayecto, pero no tanto para otros. Por tanto, plantéate las siguientes cuestiones:
- Kilómetros anuales
Esta es la más típica y la principal, pues los motores de gasolina consumen más en igualdad de condiciones y, por tanto, dependiendo del kilometraje anual que hagas puede compensarte o no el menos coste de adquisición en relación a un vehículo de gas, diésel, híbridos o eléctricos.
Y es que, sí, los gasolina son los más baratos, pero también los que más combustible consumen. Por regla general, todo lo que sea hacer menos de 15.000 kilómetros al año debe hacer que te plantees un coche de gasolina.
- Tipo de trayecto
Los vehículos de gasolina son especialmente recomendados a la hora de realizar frecuentes trayectos cortos, pues además de ser motores más ágiles y ligeros (por lo general), sufren menos si no alcanzan su temperatura óptima de funcionamiento (especialmente si no están dotados de turbo).
- Tamaño del coche
Como hemos comentado, el motor de gasolina gasta más y eso se notará mucho a medida que el volumen de la carrocería o el peso suban. Si no vas a hacer muchos kilómetros, pero estás pensando en un todoterreno o un SUV, por ejemplo, lo mejor es que valores otras opciones. Además de eso, el motor de gasolina tiene menos par motor y hacerle rendir en carretera exigirá más uso del acelerador y, claro está, más consumo todavía (sobre todo en motores atmosféricos sin turbo).
- Tipo de conducción
En este sentido las sensaciones son importantes y si quieres un vehículo deportivo la opción clara es el motor de gasolina, pues ofrece un sonido más agradable y una mejor respuesta a altas revoluciones, que es donde los motores de este tipo entregan más potencia, aceleración y recuperación.
Ventajas del motor de gasolina
- Repostaje sencillo y rápido
- Sensaciones deportivas
- Motores más sencillos
- Potentes a altas revoluciones
- Menos emisiones de NOx y partículas en coches modernos
- Ideales para poco uso y trayectos cortos
- Coches más baratos
Desventajas del motor de gasolina
- Combustible más caro
- Mayor consumo
- Poco recomendado en frecuentes viajes o muchos kilómetros al año
- Poco recomendado en vehículos grandes y/o pesados
- Poco empuje a medio régimen sin turbo
- Poco recomendado para llevar remolques
Coches con motor diésel
A pesar de ser objeto de persecución política y gubernamental en muchos países por cuestiones teóricamente medioambientales, lo cierto es que la eficiencia y rendimiento de los motores diésel actuales no tiene rival en este momento en la automoción comercial.
Económicos, suaves y eficaces, los motores diésel son posiblemente los más equilibrados y completos, aunque sus cualidades salen a relucir especialmente en determinadas circunstancias.
- Kilómetros anuales
El sobrecoste de un vehículo diésel en relación a un gasolina, alrededor de 2500 euros a igualdad de modelo y versión, hace que en muchas ocasiones el menor coste del gasoil compense dicha cantidad, pero para ello es necesario cubrir una serie de kilómetros que lo hagan posible.
En líneas generales, a partir de los 15.000 kilómetros es ya aconsejable plantearse la compra de un diésel, algo prácticamente obligado si superas la barrera de los 20.000, pues además ello implicará seguramente otras circunstancias en favor de este tipo de motor.
- Tipo de trayecto
Una de ellas es el tipo de trayecto, pues los diésel se desenvuelven a las mil maravillas en trayectos largos y a velocidades altas y sostenidas, ya que son motores muy fiables y de consumo muy contenido.
En cambio, en trayectos cortos y frecuentes sufren más de la cuenta, especialmente el turbo, la válvula EGR y, en general, los diferentes sistemas a los que deben recurrir para cumplir con las normativas anticontaminación.
- Tamaño del coche
Teniendo en cuenta todo ello, es obvio que los motores diésel son ideales para vehículos de gran tamaño o peso, pues son capaces de mantener el consumo bajo control con mayor facilidad y además este tipo de motores ofrece muy buena respuesta a bajo y medio régimen, además de proporcionar más par motor.
No es de extrañar, por tanto, que todas las mecánicas de maquinaria pesada o industrial sean diésel, así como las de autobuses, furgones o camiones.
- Tipo de conducción
El diésel no es demasiado amigo de la conducción deportiva y ágil, pues no ofrece buena respuesta a altas revoluciones y el motor no puede estirarse tanto como en un gasolina. Además, el sonido de un diésel no es lo más bonito del mundo ni tampoco suele ir acompañado de un vehículo ágil, siendo más amigos de los largos viajes con altas velocidades sostenidas, así como una conducción relajada y cómoda.
Ventajas del motor diésel
- Repostaje sencillo y rápido
- Comodidad de conducción
- Motores muy eficientes
- Potencia a bajo y medio régimen
- Par motor elevado
- Ideal para viajes largos y velocidades de autovía
- Consumo bajo
- Precio del combustible inferior al de los gasolina
Desventajas del motor diésel
- Precio del coche algo más elevado que el de gasolina
- Mayores restricciones de movilidad en grandes ciudades e impuestos elevados
- Más propensos a averías en uso urbano y trayectos cortos frecuentes
- Mayor coste de mantenimiento que un gasolina
- ITV más cara
Coches GLP o GNC
Los coches propulsados a gas, ya sea Gas Licuado de Petróleo (GLP) o Gas Natural Comprimido (GNC), son en realidad vehículos de gasolina adaptados para poder funcionar con ambos combustibles. De hecho, cuentan con dos depósitos independientes para ello que permiten un uso combinado y aumentan la autonomía total del coche.
Por tanto, a la hora de evaluar estos vehículos debemos tener en cuenta todo lo comentado en el apartado de los vehículos con motor de gasolina, pero con algunas cuestiones adicionales propiciadas por el hecho de poder utilizar gas.
La principal es que el GLP tiene un coste medio por litro de 0’70 euros, mientras que el GNC suele oscilar alrededor de los 0,90 euros por litro. Esto supone un ahorro considerable en relación a la gasolina y el diésel, pero no es la única ventaja destacable, pues también permiten que el motor permanezca limpio durante más tiempo, ya que el gas no va acompañado de impurezas y residuos como en el caso de los combustibles tradicionales.
Como contrapartida, en la conversión se hace necesario reforzar elementos como las válvulas y otros, pues el gas no cumple la función lubricante del diésel o la gasolina. Además, en el caso del GLP la potencia se ve mermada en un 10 o 15% a consecuencia de la menor capacidad energética del gas, subiendo por esta misma razón y en una proporción equivalente el consumo, que hace perder en parte el beneficio obtenido por el menor coste del repostaje.
Ventajas del motor a GLP o GNC
- Precio del combustible muy bajo
- Repostaje sencillo y rápido, aunque no tanto como un gasolina o diésel
- Posibilidad de alternar funcionamiento de gasolina con gas
- Autonomía convencional del motor de gasolina suplementada con depósito de gas
- Menor contaminación de CO2, NOx y partículas
- Menor restricción de tránsito y aparcamiento en grandes ciudades (etiqueta ECO)
- Menos impuestos
- Facilidad de conversión a GLP de un vehículo gasolina EURO 3 o superior
- Motor más limpio y duradero
- Menor rumorosidad del motor (excepto al ralentí
- Mayor eficiencia del GNC, pues trabaja a mayor compresión y su índice octano es superior
Desventajas del motor a GLP o GNC
- Red de estaciones de servicio escasa, especialmente para GNC
- Menor espacio en el maletero para albergar el depósito, especialmente en coche a GNC, o ausencia de rueda de depósito para el mismo fin, especialmente en coche a GLP
- Vida útil de los depósitos GNC limitada (unos 20 años), ya que trabaja a altas presiones
- Menor potencia en el caso de los GLP (rendimiento energético inferior).
- Mayor consumo en el caso de los GLP
- Dependencia de la gasolina, pues el motor no puede gasificar y utilizar el GLP mientras no alcance los 40 ºC de temperatura.
Vehículos híbridos
Los coches híbridos constituyen el paso intermedio desde la combustión a la electrificación, pues no en vano hacen uso de ambas tecnologías. Actualmente, el híbrido está completamente asentado en el mercado y sus precios son cada vez más asequibles, por lo que muchas personas optan por este tipo de mecánica.
El coche híbrido utiliza un motor térmico de gasolina que es apoyado por otro eléctrico en determinadas circunstancias, contribuyendo así a la reducción del consumo y de las emisiones contaminantes. Además de eso, cuentan con beneficios fiscales y de movilidad en las grandes ciudades.
Es importante resaltar que, dentro de la familia de los híbridos, tenemos varios tipos y sus características de uso son muy distintas:
- Híbrido enchufable (PHEV)
El Plug-in Hybrid Electric Vehicle es un tipo de híbrido que cuenta con un motor de combustión interna, generalmente de gasolina, asociado a un motor eléctrico. Ambos propulsores pueden mover el coche por sí mismos y la parte eléctrica dispone de una batería de pequeño tamaño que suele tener una autonomía de unos 50 kilómetros para recorridos urbanos.
La batería puede recargarse a través del motor de combustión o con el sistema tradicional de enchufado a la red eléctrica, permitiendo por tanto su uso completamente eléctrico para trayectos de corto recorrido. En cualquier caso, el conductor puede elegir el modo que desea utilizar e, incluso, optar por una combinación de ambas tecnologías.
- Híbrido no enchufable (HEV)
El Hybrid Electric Vehicle es similar al enchufable, pero con la particularidad de que la batería no puede recargarse a través de la red eléctrica, sino que utiliza el motor de combustión y un sistema de recuperación de energía cinética, que aprovecha las fases de frenada y desaceleración. La autonomía eléctrica es muy corta y, en esencia, la parte eléctrica contribuye a reducir los consumos en recorridos urbanos. Es el híbrido típico y más habitual.
- Híbrido suave de 48 voltios (Mild Hybrid)
Los sistemas eléctricos suelen funcionar a 12 voltios, pues son suficientes para alimentar la iluminación, los sistemas multimedia o los elevalunas. Pero las tecnologías actuales implementadas en los coches demandan cada vez más energía y para satisfacer las mismas surgen los sistemas de 48 voltios.
En estos casos, el sistema eléctrico puede detener el motor de combustión en situaciones en las que es posible disminuir el consumo y las emisiones, como por ejemplo en frenada o desaceleración, aprovechando el momento para almacenar la energía generada por el movimiento del motor ‘en vacío’. Su mayor voltaje permite además suspensiones activas o pequeños motores eléctricos que pueda incorporar el vehículo.
COMPARATIVA DE PRECIOS PARA UN MISMO MODELO
- Tipo de trayecto
En el caso de los vehículos híbridos, el número de kilómetros es menos relevante que el tipo de trayecto que hagamos habitualmente. Primero, porque en el caso de los PHEV, que cuentan con una autonomía concreta de unos 50 km. (dependiendo del modelo), no cabe duda de que los trayectos urbanos le vienen como anillo al dedo para poder completarlos sin necesidad de utilizar el motor térmico.
Segundo, porque en el caso de los HEV, la asistencia del motor eléctrico es mucho más relevante en trayectos a baja velocidad y con paradas frecuentes, pues la demanda de potencia es menor y la posibilidad de recarga del sistema, mucho mayor. Y, aunque los motores modernos ya consiguen reducir también el consumo en carretera (hasta el punto de equipararlo al de un coche diésel), lo cierto es que la diferencia es mucho mayor en ciudad.
- Tipo de conducción
La tecnología híbrida es igualmente eficaz en vehículos de todos los tamaños, por lo que nos centraremos directamente en el estilo de conducción. Cuanto más tranquilo sea, mayor partido sacaremos de ellos, pues la autonomía aumentará y la energía almacenada en las baterías tardará más en agotarse.
En cambio, la conducción deportiva reducirá la autonomía drásticamente e incluso podría elevar el consumo, pues el motor de gasolina no contará con potencia suficiente como para responder de manera ágil y enérgica.
Ventajas del motor híbrido
- Reducción del consumo, especialmente en ciudad
- Reducción de las emisiones contaminantes, especialmente en ciudad
- Ventajas fiscales en impuestos como el de matriculación o circulación.
- Etiqueta ECO o CERO (sólo PHEV con autonomía eléctrica superior a 40 km).
- Predispone al conductor a conducir de manera eficiente y relajada
- Conducción suave y silenciosa, especialmente en ciudad
- El motor térmico garantiza la movilidad en caso de agotarse la batería eléctrica
- No hay necesidad de contar con un punto de recarga para utilizarlo
Desventajas del motor híbrido
- Precio superior al de su homólogo de gasolina o diésel
- Poca compensación en trayectos de carretera o autovía
- Mayor coste de revisiones, mantenimiento y averías
- Duración limitada de las baterías (unos 10 años), que son bastante caras
- Siguen consumiendo gasolina y contaminando más que un eléctrico.
Vehículos eléctricos
Llegamos al último de los tipos de vehículos más habituales en el mercado actual y que muchos señalan como el futuro de la automoción. Probablemente sea un poco prematuro para afirmarlo, pero en cualquier caso la oferta de modelos eléctricos es cada vez mayor y la tecnología está avanzando a muy buen ritmo gracias a ello.
Es obvio que los coches eléctricos no cuentan con un motor térmico, pero igualmente hay varios tipos que debemos conocer:
- Eléctrico de batería (BEV)
Este tipo de vehículo, denominado Battery Electric Vehicle, se mueve únicamente gracias a la intervención de uno o varios motores eléctricos alimentados por una batería que puede recargarse directamente a través de la red.
Muchos de ellos incorporan un sistema de recuperación de energía cinética para almacenar la que no se utiliza durante el proceso de frenada o deceleración, momentos en los que el vehículo sigue rodando sin aprovechar dicha energía para impulsar el vehículo.
Esta modalidad no genera emisión alguna a la atmósfera, más allá de la necesaria para generar la electricidad de carga que proviene de la red. Sus ventajas más evidentes son la ausencia casi total de ruido -aparte del generado por el contacto del aire con la carrocería y los neumáticos con el asfalto- y una entrega inmediata y total de potencia que no necesita de caja de cambios.
- Eléctrico de pila de hidrógeno (FCEV)
Los vehículos de este tipo, denominados Fuel Cell Electric Vehicle, utilizan una pila de combustible de hidrógeno que no requiere energía de una batería, sino la procedente de una reacción química que se produce en su interior. El hidrógeno se oxida perdiendo electrones que son capturados para generar una corriente eléctrica que impulsa el motor.
Algunas variantes incluyen una batería que almacena energía generada por la pila, pero siempre será considerablemente más pequeña que la de los BEV y sólo en casos muy concretos como el del Mercedes GLC F-Cell puede ser enchufada a la red eléctrica.
- Eléctrico de batería extendida (EREV)
Los Extended-range Electric Vehicles cuentan con dos tipos de motor: uno eléctrico y otro de combustión de gasolina. Es importante destacar que en ningún caso este segundo tipo es el encargado de mover las ruedas del coche, sino que funciona como generador eléctrico encargado de recargar la batería, que a su vez alimenta el motor eléctrico que sí mueve las ruedas.
Esta batería tiene la posibilidad de conectarse a la red para ser recargada y, cuando tiene suficiente carga, el motor de gasolina no interviene en el proceso y el vehículo no genera emisiones. Cuando la batería necesita recargarse, el motor de combustión interna se pone en marcha para encargarse de ello y que el motor eléctrico pueda funcionar. Este tipo de vehículo eléctrico es tecnológicamente complejo, lo que hace que haya pocos modelos disponibles en el mercado.
- Tipo de trayecto
Un eléctrico está perfectamente preparado para hacer varios miles de kilómetros anuales, pero es obvio que la autonomía y el tiempo de recarga son un gran hándicap a la hora de afrontar trayectos largos o viajes. Sin embargo, en el día a día de la ciudad o de recorridos de 60 u 80 kilómetros despliegan todo su potencial y constituyen toda una ventaja.
- Tipo de conducción
Al igual que los híbridos, los coches eléctricos pueden ser de variados tamaños, pero la conducción deportiva será muy dañina para la autonomía y nos limitará enormemente a la hora de desplazarnos. Eso hace, además, que no suelan ser vehículos concebidos para ello, aunque también es cierto que la respuesta de aceleración de un eléctrico no tiene rival.
Ventajas del motor eléctrico
- Respuesta de acelerador inmediata
- Silencio y confort de marcha imbatibles
- Emisiones nulas durante su uso (Etiqueta CERO)
- Ventajas y exenciones fiscales, ayudas gubernamentales a la compra y libertad de aparcamiento y tránsito en grandes ciudades
- Mantenimiento prácticamente nulo
- Olvídate de la gasolina o el gasoil
Desventajas del motor eléctrico
- Autonomía muy inferior a la del resto
- Coche sensiblemente más caro que cualquier otro
- Tecnología aún en rápido crecimiento
- Muy sensible al estilo de conducción y a las condiciones climáticas, especialmente al frío intenso
- Duración limitada de las baterías, que son muy caras
- Reducción progresiva de la autonomía por deterioro de las baterías
- Tiempo de recarga elevado, es necesaria previsión a la hora de buscar un punto de recarga
- Necesidad de talleres especializados en eléctricos
Conclusión
Ya tienes toda la información y ahora debes plantearte cuál de ellos se ajusta mejor a tus necesidades o gustos. Por ejemplo, si buscas gastarte poco dinero en un coche que te sirva para hacer los recados diarios sin salir de tu ciudad más que en momentos puntuales, lo mejor es un coche de gasolina. Si, por el contrario, viajas a menudo y buscas consumo contenido y una mecánica fiable y potente, un diésel es la elección obvia.
Pero, ¿y si el desembolso inicial es secundario para ti y buscas amortizar el gasto a largo plazo en tus desplazamientos habituales por ciudad combinados con algo de carretera? Seguramente el híbrido es tu coche ideal.
Finalmente, si no te importa pagar mucho más a cambio de subirte al carro de la tecnología del futuro y en tu zona de influencia (domicilio, trabajo, etc) tienes la posibilidad de recargar sin problemas, entonces el eléctrico es el tipo de coches que más te satisfará. ¿Cuál eliges?